¿Todo depende del color del cristal con que se mire?
Mercedes Argaña
Es muy popular la frase que afirma que vemos la realidad según el color del cristal con que se mire, y sirve bastante para ilustrar la importancia de nuestra capacidad de observar y los filtros que tenemos instalados cuando observamos. Es decir, nuestras creencias, conocimientos, emociones, prejuicios, sesgos, forman parte de estos filtros conscientes o inconscientes.
Entender esto es muy importante porque nos advierte sobre la necesidad de estar atentos a estos filtros para que no afecten negativamente cómo vemos lo que nos pasa.
En el tiempo de pandemia por COVID-19 que hemos vivido, nuestras rutinas, tanto familiares como laborales se vieron alteradas, fuimos expuestos a situaciones nuevas que requerían gran capacidad adaptativa y de afrontamiento a las crisis coyunturales que se presentaron.
En general, todos tuvimos mayores o menores niveles de estrés que impactaron en nuestro bienestar. Debido a la enorme importancia de este tema, investigando tendencias nuevas en afrontamiento del estrés, me encontré con los estudios de la colega Kelly McGonigal con respecto a cómo afectan nuestras creencias en la percepción que tenemos de los estresores que se nos presentan y cómo reaccionamos ante ellos.
Kelly comparte un resumen de sus hallazgos en una charla TED titulada “Cómo convertir al estrés en tu amigo”.
En resumen, lo que la colega señala es que se ha popularizado el concepto del estrés como algo malo y que no necesariamente lo es, si lo vemos como una señal de alerta que nos avisa que estamos ante potenciales estresores y que las reacciones de nuestro cuerpo lo que buscan es ayudarnos a sobrellevarlos, tenemos una perspectiva distinta.
Si nuestro corazón late más rápido, y nos sudan las manos o la frente, el mensaje que nos da nuestro cuerpo es que estamos ante algo que consideramos amenazante o desafiante y que necesitamos hacer algo al respecto. Son las maneras en las que nuestro cuerpo nos ayuda a enfrentar los retos.
Además, indica Kelly que se ha avanzado mucho en conocer las neurohormonas que el cuerpo libera en este tipo de situaciones, y que algunas son más conocidas que otras, por ejemplo, se sabe más sobre la adrenalina que prepara nuestro cuerpo para reaccionar, pero menos, sobre la oxitocina que también es otra hormona del estrés.
La glándula pituitaria libera oxitocina como parte de la respuesta al estrés y su papel principal en el cuerpo es proteger el sistema cardiovascular de los efectos del estrés, como antinflamatorio natural.
Lo bueno es que todos estos beneficios de la oxitocina se intensifican con el contacto social y el apoyo social, así que cuando nos acercamos a otras personas bajo estrés, ya sea para buscar apoyo o para ayudar a alguien más, se libera más cantidad de esta hormona, la respuesta se vuelve más saludable, y en realidad nos recuperamos más rápido del estrés. Esto suena increíble, que la respuesta al estrés tenga un mecanismo incorporado para recuperarnos del estrés, y que ese mecanismo sea el contacto humano.
Estos hallazgos desde la biología son afines a lo que ya se ha venido descubriendo desde la psicología a través de, por un lado, las teorías centradas en la Interacción Persona-Entorno Estresor que indican que el estrés se produce como resultado de una interacción dinámica entre el individuo y el entorno y que la percepción sobre la situación, es decir la evaluación que hace cada persona sobre lo que le pasa, influirá en la elección de sus estrategias de afrontamiento, y por otro, la teoría que muestra que el apoyo social (que puede tener varias manifestaciones, apoyo emocional, material, etc.) es un gran atenuador de la percepción de estrés. Es decir, si me veo enfrentada a un reto importante, pero sé que voy a recibir apoyo de mi entorno mi percepción sobre el mismo se vuelve positiva.
¿Qué consecuencias prácticas pueden permitirnos estos conocimientos?, en primer lugar nos informan que cambiar nuestra perspectiva sobre el estrés puede hacernos más saludables y en segundo lugar, que es necesario trabajar siempre en dos vías de prevención, es decir, reducir todo lo posible los estresores en nuestras casas y en nuestros lugares de trabajo y educarnos para afrontar de la mejor manera posible los desafíos que se nos presentan, siendo conscientes de que dar y recibir apoyo es una excelente manera de atenuar los efectos negativos que el estrés pudiera traer consigo.
Mercedes Argaña
Junio, 2023