21 de noviembre, Día Nacional de Promoción de la Salud
Cómo desarrollar un programa de promoción de la salud en la empresa
La promoción de la salud forma parte del Programa de Salud Ocupacional de la empresa, es la tercera “P” que debe ser incorporada en la gestión de la seguridad y la salud laboral en nuestras organizaciones. La primera es la “P” de la protección de la salud del trabajador/a, la segunda “P” es de prevención de las enfermedades ocupacionales y le tercera, es la “P” de la promoción de la salud en el trabajo.
Promover la salud laboral persigue como objetivo central incrementar el control de las personas sobre su salud, es decir, que puedan conocer y controlar los determinantes de su salud para ser capaces de cambiar aquello que se necesite.
Los determinantes de la salud son factores personales, sociales, económicos y ambientales que determinan el estado de salud de las personas. Todos tenemos cierto grado de control sobre nuestro estilo de vida: alimentación, vida activa, entre otros, y la empresa tiene control sobre la organización y las condiciones de trabajo, así como sobre el ambiente de trabajo. Por lo tanto, todo programa de promoción de la salud en nuestras organizaciones deberá contemplar: (a) aspectos relacionados a los factores que la empresa controla para prevenir los riesgos laborales: condiciones del ambiente laboral, organización del trabajo, cultura de trabajo, estilo de liderazgo promovido, entre otros, y (b) aspectos relacionados a las conductas de salud de las personas: creencias, hábitos y prácticas que impactan en la salud, tanto física como mental, para promover estilos de vida saludable.
A continuación, presentamos las fases a considerar para desarrollar un programa efectivo de promoción de la salud en la empresa:
- Evaluación de las necesidades: como actividad inicial imprescindible se debe llevar a cabo la evaluación de los riesgos laborales en la empresa y analizar sus resultados y en función a estos resultados y a otros datos relevantes, como el estado de salud de los trabajadores y trabajadoras, determinar las áreas en las que se puede intervenir para mejorar el bienestar laboral.
- Planificación: esta fase comprende el planteamiento de los objetivos a perseguir y la definición de estrategias y actividades que van a ser desarrolladas para lograrlos.
- Implementación: en esta fase es muy importante definir la línea de base desde la que se parte, para poder medir con posterioridad los cambios que se hayan logrado. Esto requiere, básicamente, la medición de los indicadores antes de la implementación y la medición de los indicadores después de la implementación.
- Evaluación de los resultados: en esta fase corresponde hacer la comparación de los indicadores previos y posteriores a la implementación, para saber qué resultados, efectos o impactos se han logrado con el programa.
Además, es importante partir de un enfoque integral sobre el bienestar laboral: ofrecer programas de prevención de enfermedades, así como de promoción de estilos de vida positivos y promover un entorno de trabajo seguro y saludable. Igualmente, es necesario promover participación de los trabajadores, esto puede lograrse a través de encuestas, grupos focales y otras estrategias comunicacionales interactivas a través de las cuáles pueden expresar sus necesidades e ideas, y sentirse parte del proceso.
Por lo tanto, diseñar y poner en marcha un programa de promoción de la salud en la empresa requiere partir de las necesidades específicas de cada empresa, desarrollar las fases para el desarrollo del programa, partiendo de un enfoque integral sobre el bienestar laboral, promoviendo la participación de los trabajadores y trabajadoras, y comunicando de manera adecuada lo que se desea lograr de manera colectiva.
Implementar un programa de esta naturaleza favorecerá la salud laboral de los miembros de la empresa, lo que a su vez contribuirá con una sinergia positiva entre productividad y bienestar.